SANAR EL VINCULO CON TU MADRE (PROTOCOLO NUEVA TIERRA).

Nuestra madre es el canal que hemos escogido para vivir nuestra experiencia en este gran salón cósmico, por lo tanto es la madre perfecta.

Lo primero que se requiere es trabajar en tus juicios y las creencias familiares limitantes  que te llevan a poner la etiqueta de bueno o malo a todas las experiencias que te suceden a diario y en especial con tu madre, revisa cuales son las situaciones o palabras que te sacan de tu punto de equilibrio.

En este nivel de consciencia ya debes entender que tu elegiste los procesos a experimentar  y tu madre será quién te dé las pistas para tu evolución; requieres transformar tus demandas de víctima y transformarlas en agradecimiento, exprésate en primera persona y si te sientes víctima requiere reconocer que tienes un niño herido anhelado en amor de mamá y que te alejaste de ella, abrázate con amor y abre tu visión a una perspectiva más amplia.

Acéptala sin juicios, hónrala, respétala, suelta la idea de que las cosas son como tu dices que sean, cada persona ve la experiencia terrenal desde su grado de consciencia, tu eres el amor, el mas grande poder que puede transfórmalo todo.

El primer paso que te sugiero es que en tu espacio sagrado realiza el siguiente ejercicio:

Por 3 días seguidos, llámala  energéticamente  por su nombre completo (legal) el que aparece en su documento de identificación oficial y su fecha de nacimiento. Reclámale todo lo que tienes guardado, si quieres puedes escribirlo primero y luego lo lees en voz alta.

Por los siguientes 3 días por los 7 harás el mismo ejercicio de llamarle energéticamente pero ahora será solo de agradecimiento, al final frotas tus manos y las llevas al corazón y dirás 3 veces, mamá…te amo.

Si tu mamá no está contigo y/o ya trascendió ese no es un impedimento para trabajar con ella, recuerda que el tiempo y la distancia no existe. 

Si te cuesta realizar este paso, regresa a revisar las creencias familiares que te llevan a juzgar y transmútalas con el poder del fuego violeta.

Para el segundo paso, te comparto la siguiente meditación que te puede ayudar con este ejercicio.





El tercer
 paso, es realizar el siguiente decreto por 3 días:

BORRANDO MEMORIAS CON MI MADRE.

Madre, perdóname por fundirte con mis recuerdos, por no distinguir que eres un ser espiritual que amorosamente se prestó a la obra de teatro que protagonizamos en la Tierra.

Perdóname por hablarte de cualquier manera, por desconocer que tenemos un pacto, por herir tus sentimientos a partir de mis propias percepciones.

Perdóname por cada minuto en el cual creí que todo esto se trataba de ti y no de mí.

Perdóname por nuestra historia juntas, por pretender cambiarla, por no superarla.

Perdóname porque no me es fácil saber y sentir quién eres realmente, porque a través de ti sólo veo a mi niña lastimado, porque sólo percibo el dolor.

Perdóname por querer marcharme de tu vida, perdóname por haberme ido, perdóname por no querer volver a ti, perdóname por no honrarte y no amarte lo suficiente.

Me perdono completamente porque yo no tengo manera de saberlo todo, porque soy tan inocente como tú.

Me perdono completamente por mi capacidad latente para lastimar, para resentir, para dañar, para odiar, nada de esto ha sido creado conscientemente, una fuerza interior, una razón, una memoria, una queja, un deseo y mi necesidad de escapar del dolor me impulsó.

Yo merezco perdonarme completamente y lo hago ahora. Sin duda alguna te doy gracias porque en un acto de amor consciente o inconsciente me trajiste a la vida, a este mundo que me ha ofrecido todo para que yo pueda conocerlo.

Gracias por lo vivido, por las experiencias juntas, por los dolores, por las lágrimas, por las risas, por las ausencias, por las heridas abiertas, por las palabras bonitas y por las que no fueron tanto, todo ello me ha forjado como el ser humano que soy.

Te doy gracias porque existes en algún lugar de mi ser y porque me escuchas ahora. Te bendigo.

Lo siento por las memorias de dolor que comparto contigo, te pido perdón por unir mi camino al tuyo para sanar. Te doy las gracias porque estás aquí para mí y te amo por ser quién eres.

También te amo porque estás en mis recuerdos y porque es el momento de hacerlo, nunca antes lo fue. Estas palabras surgen, nacen, brotan y florecen en mi ser cuando el tiempo de mi mente es perfecto, el amor me busca ahora y me reencuentra contigo, yo elijo estar en paz contigo, yo soy esa paz en ti y en mí. Yo soy paz. Yo honro mi vida y la tuya tal como fue, tal como es. Yo hago una reverencia ante tu ser de luz que es quien Yo Soy.

Hecho está.

Gracias, gracias, gracias

El cuarto paso, es escribir la  siguiente a mano alzada y repetirla por 3 días:


Te aconsejo hacer un llamado a los 4 elementos encendiendo una vela que simboliza el elemento fuego, un incienso que simboliza los elementos aire y tierra y un vaso de agua.

Querida mamá:

En este acto de mi puño y letra quiero expresar desde mi corazón todo lo que siento, ya desde otro estadio de conciencia. Luego de transitar un largo camino y reconocer en mí las creencias que no me permitían ver el papel que desempeñas en el juego de la vida, ya que estaba enfocada en la polaridad negativa desde la emocionalidad y las heridas que ya deben trascenderse y reconocerse para ser transmutadas en luz y amor.

Desde la gratitud de un corazón agradecido me permito traer aquí a mi presencia en este momento y a este espacio-tiempo la energía del amor de la madre y de la hija que yo soy y de la madre de la hija que tú eres.

Honro la energía femenina, la energía de la diosa que yo soy, en todo mi esplendor y reconociendo en mí  las luces y las sombras que yo soy y las abrazo desde el equilibrio y el amor.

Hoy reconozco tu valor en mi vida y te doy las gracias por existir, soy una extensión de ti y por lo tanto de Dios-Diosa y de su poder creador…derribo las barreras que he creado contra ti y me permito sentir cada aspecto de mi ser y de tu ser para juntas y desde los más altos planos espirituales fundirnos en el poder con el poder de la creación y manifestarlo en nuestra realidad a través de la abundancia, la prosperidad y la riqueza que yo soy.

Juntas activamos la ley del merecimiento de acuerdo a los procesos seguidos, bajo la tutela de las grandes conciencias de luz y de la junta kármica, nos abrazamos detonando la poderosa energía del amor de una madre a su hija y de su hija a una madre. Dejando atrás capas de densidad que se acumularon con el desconocimiento de las leyes universales que olvidamos a traspasar los pelos al mundo físico.

Hoy y desde mi ser más consciente te entrego tus cargas y me libero de las que no me corresponden para enfocarme en mi vida, en mis proyectos y anhelos, sintonizada en la abundancia, conectada a mi guía interior, tomando las mejores decisiones para mi y dejando un espacio para que se manifieste la nueva energía transmutada que ha surgido de este ejercicio y que utilizaremos en la medida que la necesitemos.

Pido que los remanentes de luz que surjan de este ejercicio sean enviados al planeta y todo aquel que se sintonice en esta frecuencia.

Mi alma saluda a tu alma, mi querida madre recibo lo que viniste a entregarme y luego de reconocerte como el gran ser de luz, que tú eres y que yo soy Y así mismo de acuerdo a la ley del equilibrio, esta energía de la nueva tierra la reciba mi hija como la heredera de nuestro linaje, ya no viste nuestras memorias de dolor, sino desde la unidad la paz y el amor. 

Esta carta te aconsejo guardarla y leerla cuando necesites reafirmar este protocolo.

El quinto paso, es integrar a la niña interior - repetir por 3 días:

Te abrazo mi niña y juntas borramos esa línea del tiempo para crear una nueva desde la compasión, el agradecimiento y la tolerancia.

Valores a cultivar aún más para abrazar a esa madre, a nuestra madre que no tuvo un sostén o apoyo emocional para las cargas que ella también trajo en esta cadena de dolor y sufrimientos de este linaje femenino. 

En la medida en que te acepto,  me reconcilio conmigo misma, porque eres de la semilla de donde parto y la que me permite desplegar todo mi potencial.

A todas ustedes las que estuvieron antes que yo y todas las que he sido.

Las libero, son libres y soy libre.

Tomo la vida, te honro y te bendigo madre.

En amor, 


Mónica Utria.

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